La hora del autoconsumo

Uno de los episodios más lamentables de estos últimos años de la política (la NO política, para ser más precisos) energética es el de la regulación (la NO regulación, para ser más precisos) del autoconsumo. Se ha dicho ya, pero conviene insistir en ello, que nunca una norma no publicada fue tan eficaz como lo fue el borrador de decreto de autoconsumo que el Gobierno presento en julio de 2013 como parte de aquellos nefastos 800 folios de la reforma (la NO reforma, para ser más precisos) energética. Bastó la amenaza de un disparatado, injusto, inmoral e ilegal (lo saben y por eso no han seguido adelante) peaje de respaldo, que el oligopolio se había inventado y que el Gobierno sumisamente había incorporado al proyecto de norma, para paralizar el desarrollo de lo que es un derecho: dotarse de energía de la forma que uno le convenga más como lo puede ser el autoabastecimiento con tecnologías renovables.

Hemos vivido casi dos años paralizados por la amenaza de unas desproporcionadas sanciones que equiparaban el “supuesto delito” de instalarse unas placas fotovoltaicas y no claudicar ante el anunciado peaje con multas equiparables a la fuga radiactiva de una central nuclear. Esperpéntico, ¡sí! Esta paralización provocada por una normativa fantasma ha supuesto el descabello de una industria que ya agonizaba por toda una actuación regulatoria destinada a enterrar las tecnologías que el oligopolio no puede acaparar y que por tanto ponían en riesgo esos miles de millones de beneficios que han seguido manteniendo estos años en un país en crisis, en recesión y con una espectacular caída de la demanda.

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FUENTE:  http://www.energias-renovables.com/articulo/la-hora-del-autoconsumo-20150312