La European Renewable Energy Directive confirma que el objetivo energético de la Unión Europea será producir el 20% de la electricidad con energías renovables en el año 2020
miércoles, 10 de diciembre de 2008
España deberá aumentar en 2020 hasta el 20% la cuota de energía que consume de fuentes renovables, lo que significa duplicar la producción actual (8,7% en 2005), para contribuir a la lucha contra el cambio climático. Este objetivo obligatorio aparece recogido en la directiva sobre renovables actada hoy por la presidencia francesa y la Eurocámara.
La norma fija los objetivos obligatorios que debe alcanzar cada Estado miembro para garantizar que la UE cumpla su compromiso de lograr una cuota del 20% de energías renovables sobre el total del consumo de aquí a 2020. El objetivo para España es el mismo que la media comunitaria. Todavía debe ser ratificada por los líderes europeos en la cumbre que se celebrará en Bruselas los días 11 y 12 de diciembre y por el pleno de la Eurocámara.
Ello significa que se reduce el número de problemas pendientes que llegarán abiertos al Consejo Europeo. Los más importantes son qué hacer para evitar deslocalizaciones de empresas a países de fuera de la UE que apliquen criterios menos estrictos de lucha contra el cambio climático, las denominadas fugas de carbono, y cómo compensar a los países de la ampliación por recortar las emisiones.
El último escollo pendiente que se resolvió este martes fue la redacción de la cláusula de revisión que exigía Italia para 2014. Finalmente, se acordó mantener esta cláusula pero dejando claro que en ningún caso podrá utilizarse para poner en cuestión el objetivo del 20%, sino únicamente para mejorar si es necesario la eficiencia de los mecanismos de cooperación entre los Estados miembros.
El compromiso respalda el objetivo de utilizar al menos un 10% de energías renovables en el sector del transporte de aquí a 2020. Se primará especialmente a los biocarburantes de segunda generación y a la electricidad renovable consumida por coches eléctricos. Para que los biocarburantes puedan contabilizarse en este objetivo deberán suponer una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de al menos un 35% en comparación con los combustibles fósiles.
El acuerdo político establece una serie de mecanismos de cooperación para permitir a a los Estados miembros realizar proyectos conjuntos de producción de electricidad, calefacción o refrigeración ‘verdes’; transferirse ‘estadísticamente» energía renovable de uno a otro; e incluso fusionar o coordinar parcialmente sus sistemas nacionales de apoyo a las renovables.
El compromiso añade además la posibilidad de contabilizar la energía renovable consumida en un Estado miembro pero producida en proyectos nuevos construidos conjuntamente con terceros países.
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